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HUMANISTAS MEXICANOS

 

HUMANISTAS MEXICANOS


RICARDO FLORES MAGÓN
Generación 1870

Nació el 16 de septiembre de 1873 en San Antonio Eloxochitlán, distrito de Teotitlán del Camino, Oaxaca, murió en la cárcel de Leavenworth en Kansas Estados Unidos el 21 de noviembre de 1922.


CAPITULO UNO: EL JOVEN LIBERAL.
R
icardo Flores Magón nació el 16 de septiembre de 1873 en San Antonio Eloxochitlán, distrito de Teotitlán del Camino, Oaxaca, donde sobrevivían los valores y prácticas comunales.
En 1911, en un artículo publicado en REGENERACIÓN de fecha 2 de septiembre, Ricardo, recordando el medio social en que nació escribió:
"En México viven unos cuatro millones de indios, que hasta hace veinte o veinticinco años vivían en comunidades, poseyendo en común las tierras, las aguas y los bosques. El apoyo mutuo era la regla de esas comunidades...no había jueces, ni alcaldes, ni carceleros, ni ninguna polilla de esa clase. Todos tenían derecho a la tierra, al agua para los regadíos, al bosque para la leña y a la madera para construir los jacales. Los arados andaban de mano en mano, así como las yuntas de los bueyes. Cada familia calculaba ser suficiente para producir lo necesario y el trabajo de escarbar y levantar las cosechas se hacía en común, reuniéndose toda la comunidad, hoy para levantar la cosecha de Pedro, mañana para la de Juan y así sucesivamente.
"Para levantar un jacal ponían manos a la obra todos los miembros de la comunidad...la moneda casi no era necesaria, porque había intercambio de productos".
Juan Gómez Quiñónez en su libro LAS IDEAS POLÍTICAS DE RICARDO FLORES MAGÓN, dice que esta experiencia colectivista del joven Ricardo se fortaleció en las discusiones familiares y su posterior visión de una utopía anarco-comunista se inspiró, en parte, en esa realidad indígena y en la herencia histórica. Nunca negó su devoción a los valores colectivos.
Su familia, aunque no estaba en la miseria, se hallaba en situación económica precaria, la cual empeoró durante la juventud de Ricardo.
Tanto su padre, Teodoro Flores, como su madre, Margarita Magón, fueron liberales, "juaristas de hueso colorado". Ambos lucharon contra los conservadores y contra los franceses. Su padre era oficial de Ejército y, junto con su esposa, rechazaba a Porfirio Díaz, llamándolo usurpador, tirano y traidor a los ideales liberales.
El padre de Ricardo no buscó acomodo en el régimen de Díaz, a diferencia de muchos otros "liberales", y siempre sintió una fuerte veneración por el presidente Benito Juárez y por los liberales de la Reforma.
James D. Cockcroft, en su libro Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana, escribió que el padre de Ricardo era un militar que había luchado con Díaz en la revuelta de 1876y que, más tarde, fue ascendido al rango de Teniente Coronel. Los padres de Ricardo eran de ascendencia indígena, mazatecos puros.
Salvador Hernández Padilla, en su libro El Magonismo: historia de una pasión libertaria, nos habla de cómo eran los padres de Ricardo.Cuando Ricardo, junto con su hermano Jesús, fue encarcelado, después de su discurso antiporfirista de 1901 en el primer Congreso Liberal, su madre enfermó de gravedad. Una noche alguien llamó a la puerta del cuarto de vecindad que habitaban Doña Margarita y su hijo Enrique, quien al abrir se encontró con un desconocido que pedía hablar con la señora Magón, y una vez frente a ella, dijo: "Tengo el honor de hacerle una propuesta de parte del Presidente Porfirio Díaz". De qué se trata, preguntó Doña Margarita. "El presidente le promete, sobre su palabra de honor, que en menos de media hora sus hijos quedarán en completa libertad, con la condición de que les pida usted, como última voluntad, que dejen de atacarlo". Aunque consumida por la fiebre, la Señora Magón respondió con voz tranquila: "Diga al presidente que escogió morir sin ver a mis hijos. Y lo que es más, dígale esto: Prefiero verlos colgados de un árbol, o pegados a un garrote, a que se arrepientan o retiren nada de lo que han dicho o hecho". Poco después, moría Margarita Magón.
El joven Ricardo, estudiante de la Escuela de Jurisprudencia en la capital del país, no sólo bebió de los libros de historia, donde se resaltaba la importancia del liberalismo del siglo pasado, sino, sobre todo, inició sus actividades políticas en compañía de varios liberales que se enfrentan al régimen dictatorial del general Porfirio Díaz.
Este grupo oposicionista, en el que estaba Camilo Arriaga, nieto del gran liberal reformista Ponciano Arriaga, se sentía heredero de los principios que había sostenido la generación reformista de Juárez, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo y Sebastián Lerdo de Tejada.
Es común afirmar que el pensamiento de Ricardo Flores Magón evolucionó del liberalismo al anarquismo, pero pocos autores indican que este cambio se realizó en 1901, cuando conoció a Camilo Arriaga.
Camilo, de quien hablaremos más adelante, simpatizaba con las ideas anarquistas, y cuando Ricardo y otros jóvenes lo visitaron en San Luis Potosí, él les proporcionó las obras de los teóricos anarquistas europeos.
Por tanto, podemos afirmar que fueron cerca de diez años, de 1892 a 1901, los que militó Ricardo en las filas del pensamiento liberal reformista. Como liberal, Ricardo formó parte de la corriente nacionalista del liberalismo mexicano.
Sus principales motores como liberal, eran el amor a la Patria y el deseo de que la clase media, los trabajadores y los indígenas disfrutaran de bienestar. Luchó por la democracia representativa y por el cumplimiento, en la práctica, de la Constitución de 1857.
Mientras fue liberal, creyó que las buenas intenciones y una conducta ética bastaban para lograr la reforma de la sociedad. Ponía énfasis en la importancia de la educación general y de la voluntad individual para realizar las reformas políticas. Predicaba el sentido de responsabilidad cívica y exhortaba a las masas a organizarse políticamente creyendo, que esto era posible aún bajo el régimen de Díaz.
Durante sus primeros años de militancia Política, se preocupó principalmente de los problemas jurídicos y políticos, apoyando tanto la idea como la del patriotismo cívico, y rechazando la revolución como método, ya que la consideraba contraproducente para el progreso nacional.
Para el joven liberal, el único resplandor de democracia en la historia de México era la Reforma, experimento que fue sofocado por la dictadura de Porfirio Díaz.
Poco a poco, Ricardo y, sus seguidores más cercanos, fueron radicalizándose y ampliando su pensamiento y acción, como resultado de la experiencia política, la represión policíaca y el estudio de libros anarquistas.
Antes de continuar con las actividades políticas de Ricardo, es necesario ubicar históricamente las condiciones económicas, políticas y sociales que le tocaron vivir: nos referimos al porfirismo.
Adolfo Gilly nos dice en su libro La Revolución interrumpida, que e grupo de intelectuales encabezados por Benito Juárez tuvo como objetivo económico y político desarrollar el capitalismo mexicano.
Las Leyes de Reforma tuvieron como fin quitarle las propiedades agrarias al clero católico mexicano y, de paso, a las comunidades indígenas, para fortalecer económicamente al Estado, instrumento jurídicomilitar al servicio de las clases dominante.
Estas leyes pretendían crear una clase de pequeños propietarios agrarios, pues no sólo iban dirigidas a poner en circulación en el mercado las propiedades del clero, sino también las tierras de las comunidades indias, liquidando la antigua estructura de la propiedad comunal.
El resultado de esas leyes fue el surgimiento de una nueva concentración latifundista de la propiedad agraria.
Al desarrollarse el capitalismo, no solo debilitó al clero católico, sino también a las comunidades agrarias indias, que fueron fraccionadas y acaparadas por los grandes latifundistas, convirtiendo a los comuneros en n peones de los terratenientes.
Aun cuando los liberales juaristas y el grupo encabezado por el Díaz tenían el mismo objetivo, ayudar al desarrollo capitalista de México, sus métodos para lograrlo eran diferentes.
Mientras Juárez y Lerdo buscaban el crecimiento del país sin una importante intervención extranjera, respetando las formas federales de gobierno, Díaz y sus seguidores cercanos querían consolidar la paz social mediante la represión al pueblo y la conciliación con los conservadores- en particular, el clero político católico-, impulsando el desarrollo capitalista a base de abrir las puertas al capital extranjero, y constituyendo un gobierno fuerte y centralizado.
Los treinta y cuatro años de dictadura porfirista se caracterizaron por un acelerado desarrollo capitalista y por un crecimiento económico sin precedentes en nuestra historia, acompañado de grandes injusticias y contradicciones que contribuyeron al estallido social de 1910.
En los hechos, Porfirio Díaz es el ejecutor del proyecto capitalista liberales habían delineado y comenzado a realizar.
Cabe aclarar que fueron las condiciones históricas las que hicieron posible la dictadura porfirista. Esas condiciones tuvieron como causa económica la necesidad, por parte de la clase explotadora, la burguesía mexicana, del desarrollo capitalista, que fue acelerado por la "paz social" de la dictadura porfirista.
CAPITULO DOS
EL JOVEN ANARQUISTA
Ricardo inició su actividad política como líder estudiantil antiporfirista. Participó en las manifestaciones callejeras de la ciudad de México que tuvieron lugar en mayo de 1892.
Gómez-Quiñones escribe que la protesta de 60 estudiantes y otras personalidades, tenía el objetivo de exigir elecciones libres y de pedir a Díaz dejara la presidencia.
Samuel Kaplan, en su libro Combatimos la tiranía, reproduce un fragmento del discurso de Ricardo frente a la escuela de Minería:
En 1876 -gritó Ricardo- Díaz denunció al presidente Lerdo de Tejada ¿Por qué? Por querer reelegirse. ¿Pero qué sucedió al año siguiente? El rebelde Díaz se adueñó del control del gobierno. ¿Y que pasó entonces, compañeros? Díaz, cómodamente perdió la memoria en cuanto a su santo y seña de la no reelección. Desde entonces, el tirano se ha hecho reelegir sin cesar, menos en el período en que su protegido González ocupó la presidencia... ¿Cómo se reelige? ¡Ya lo saben! Por medio de sus jefes políticos contrata las elecciones en todos y cada uno de los distritos del país... amenazando a los obreros con correrlos del trabajo si no votan por Díaz. Aterrorizan a los campesinos. Los emborrachan con pulque o mezcal y los llevan como ganado a las urnas. Y, por si fuera poco, ¿quién vende nuestro país a los industriales franceses, ingleses y norteamericanos, de modo que, además de ser esclavos de la iglesia, lo somos también de los países extranjeros?
Hernández Padilla relata que un centenar de personas, entre azoradas e incrédulas, escuchaban a tan osado estudiante. De pronto, apareció la caballada y, cargando contra la multitud, trató de dispersarla. Los sables alcanzaron a algunos fatalmente, otros quedaron heridos, los demás corrían y gritaban: "¡Muera Díaz! ¡Viva la libertad!" Dos de los hermanos Flores Magón, Jesús y Ricardo, fueron aprehendidos y enviados durante un mes a la cárcel; Enrique, el más joven, pudo escapar.
Una vez libre, Ricardo empezó a publicar sus primeros escritos en el periódico opositor El Demócrata. Gracias al mismo Kaplan, podemos conocer un párrafo de un editorial El Demócrata, escrito por Ricardo:
Cada hacendado se ha vuelto un barón feudal. Tiene poder de vida y muerte sobre los míseros peones; sus hijas y mujeres atractivas están a disposición de el. Y no hay autoridad que les diga nada. Cuando venden sus propiedades las enumera y hace constar que consisten en tantas miles de hectáreas, tanto bueyes, vacas, peones y otros animales. ¡Así aparece en las escrituras!¡Dios lo ayude a México!, donde los seres humanos son tratados peor que vacas o puercos. Donde el 80% de todos los trabajadores de hacienda existen -¡no viven! - , en estado de peonaje en manifiesta esclavitud. ¡Mexicanos, examinen su Constitución! ¿Reconoce acaso el derecho de un acreedor de apoderarse y retener el cuerpo un deudor? ¡Por la gloriosa memoria de Benito Juárez, no! Pero, ¿por qué preocuparse un comino por la Constitución? ¿Por qué, ciertamente, cuando es la cosa más fácil del mundo, amontonar sobre ella el lodo del desprecio en tal forma que ya no es visible en los llamados tribunales? En todas partes las autoridades, con alaridos de placer, juntan sus manos a las de los opresores del pueblo. La razón hasta los ciegos pueden verla. Los pretendidos protectores de los derechos del pueblo son de la non sancta alianza. ¿Por cuanto tiempo, oh Señor?
Aumentó el número de lectores de El Demócrata y, por consecuencia, su tiraje. Porfirio Díaz envió a Miguel Cabrera, jefe de policía, al frente de un grupo de secuaces a clausurar la oficina del mencionado periódico y a detener a los Flores Magón. En esta ocasión sólo apresaron al mayor de los hermanos, a Jesús.
Durante seis años, los Flores Magón ahorraron cuanto pudieron. Hasta el 7 de agosto de 1900 pudieron publicar su propio periódico: Regeneración.
Antes de analizar y comentar los artículos de Ricardo, durante los primeros diez años de Regeneración, es necesario retroceder un poco para relatar el resurgimiento político del clero católico mexicano, cobijado y protegido por la dictadura porfirista.
En San Luis Potosí, cuenta Cockcroft, los sacerdotes fueron vistos llevando puestas en público sus elaboradas vestimentas sacerdotales de satín y oro. Se permitió que funcionaran escuelas católicas en varias partes del Estado. Los liberales locales se irritaban cada vez más por estos abiertos desafíos a la Constitución de 1857 y a las Leyes de Reforma.
En el verano de 1900, los liberales acusaron formalmente al obispo de San Luis Potosí, Ignacio Montes de Oca y Obregón, de manipulaciones ilegales de bienes raíces. Como podía esperarse, la justicia local exoneró al obispo (doce años más tarde la decisión fue revocada). Estaba implícito en los cargos de los liberales contra el obispo, un sentimiento difundido de que la Iglesia había recobrado, en San Luis Potosí, un grado reminiscente del poder de la Iglesia anterior a las leyes de Reforma.
Un monasterio abandonado en el Estado, que había sido convertido en un colegio de monjas, enfureció a los liberales, quienes declararon que el edificio estaba siendo usado como escuela católica para niñas. Pero la gota que derramó el vaso fue un discurso, en París, el 6 junio de 1900, del obispo mencionado ante la Asamblea General del Congreso Internacional de Agencias Católicas. El 7 de agosto de 1900, el mismo día que aparecía en la capital del país el primer número de Regeneración, El Estandarte publicó el discurso del Obispo.
Montes de Oca y Obregón, que trece años antes había advertido a los católicos que "las mejores épocas" eran cosa del pasado, ahora aseguraba que gracias a la benévola dirección del gobierno de Díaz y con el apoyo de las mujeres mexicanos, la Iglesia de México había alcanzado "la prosperidad actual". Las Leyes de Reforma, declaraba el obispo, son leños apagados. El 30 de agosto, Camilo Arriaga publicó su manifiesto "Invitación al Partido Liberal", denunciando el resurgimiento de" clericalismo bajo el porfiriato. No se imaginaba que prendía la chispa del incendio, social que haría caer al dictador.
Camilo Arriaga, potosino e ingeniero de minas, fue, como Madero, un intelectual de clase alta de una familia oligárquica norteña aunque representó una tendencia mucho más radical, entre los intelectuales inconformes de México, que la ejemplificada por Madero.
Sujeto como estaba a los intereses de la burguesía mexicana, ante de Ricardo y sus seguidores cercanos, Arriaga se quedó en los límites del reformismo burgués.
En 1888, el tirano Díaz hizo que el gobernador de San Luis Potosí nombraba a Camilo Arriaga, Diputado de la Legislatura del Estado. En 1890, cuando su padre murió, Camilo, de 28 años de edad, fue ascendido dictador a Diputado del Congreso Nacional, puesto que retuvo 1898. A pesar del imperante positivismo de la educación oficial – nos dice Cockcroft, Camilo empezó a leer las obras de Proudhon, Marx, Engels, Bakunin y otros socialistas y anarquistas europeos. Más tarde, antes de su declaración liberal de rebelión, en 1900 Arriaga fue a Europa, en donde adquirió su posteriormente famosa biblioteca de libros y folletos radicales europeos.
En 1898, Arriaga se presentó ante el Congreso para comunicar el engaño de la Iglesia y de sus colaboradores político. Una minoría de diputados lo apoyó. Todos ellos fueron eliminados del Congreso por el tirano Díaz, ese mismo año.
Usando el capital que la crisis de 1892-1895 le había dejado, Camilo dedicó dinero y esfuerzo para formar un movimiento de oposición política contra Díaz.
Cuando Arriaga, en 1899, regresó a San Luis Potosí, cultivó la amistad de jóvenes políticos liberales disidentes, como Juan Sarabia y Antonio Díaz Soto y Gama. Pronto se agregaron Librado Rivera y los Flores Magón. Esta nueva generación de jóvenes idealistas se reunían con Arriaga, frecuentemente en su propio domicilio a leer y comentar algunas de las obras de los autores revolucionarios más avanzados de la época.
El 23 de febrero de 1901. Regeneración, reconoció que Camilo Arriaga era "el alma del actual movimiento político".
Camilo, un intelectual de la clase alta, fue un precursor de la Revolución Mexicana al difundir las obras de socialista y anarquista a los descontentos de otras clases sociales.
Santiago R. de la Vega, escribió más tarde: "Camilo ponía en nuestras manos a Carlos Marx. Por camilo conocí al dulce príncipe Kropotkin y toda la biblioteca Stock, que se especializaba en publicar y distribuir las obras de los líderes anarquistas europeos".
Antonio Díaz Soto y Gama, años después, recordaría los libros que Camilo le daba a leer: La conquista del pan, Memoria de un revolucionario, La ética, El apoyo mutuo como factor de progreso entre los animales y los hombros, de Kropotkin; el ideal anarquista, de Elisée Réclus y varios libros de Bakunin, Carlos Malato, Proudhon y Marx.
CAPÍTULO TRES
EL PERIODISTA LIBERAL
Antecedentes del periodismo revolucionario en México durante el siglo pasado fue El socialista, publicación obrera que a lo largo de más de quince años difundió, a través de sus páginas, noticias, manuscritos, artículos y documentos socialistas.
Sería este periódico el que publicara El manifiesto comunista de Marx y Engels, con un tiraje especial de diez mil ejemplares, el 12 de junio de 1884. Cuatro años después dejaría de aparecer esta publicación socialista.
Entre la prensa antiporfirista de esos años, se encontraba El hijo del Ahuizote, El correo del Lunes, El partido Liberal, El Conservador y la Patria. Además existían los periódicos liberales que mantenían la crítica al régimen porfirista: El Monitor Republicano y El Diario del Hogar.
La libertad de expresión y manifestación de las ideas, así como la de escribir y publicar escritos de cualquier naturaleza se conservó sólo en apariencia.
Gastón García Cantú, en su libro El socialismo en México, afirma que 4en 1888 el gobierno tenía treinta periódicos subvencionados en la capital, que requerían para su conocimiento unos cuarenta mil pesos al mes; veintisiete periódicos en los Estados y casi toda la prensa local. Según lo afirmó El Hijo del Ahuizote, el 24 de junio de 1888, el mantenimiento de esa prensa sumisa le costaba al país tanto los 248 diputados, los 56 senadores y las 27 legislaturas locales juntas. Poco más de un millón de pesos anuales.
Armando Barta, en el estudio introductoria a su antología de artículos de Flores Magón, nos dice que Regeneración empezó a publicarse el 7 de agosto de 1900, como periódico jurídico independiente, encabezado con el lema"Contra la mala administración de la justicia"; el tema dominante de sus notas y artículos era la venalidad y corrupción de todo el aparato jurídico porfirista. La denuncia de la venalidad y corrupción del poder judicial, era un medio para la denuncia de la corrupción y venalidad del porfirismo en su conjunto.
En los primeros números de Regeneración no encontramos referencias frecuentes a las raíces estructurales del despotismo, la denuncia de la opresión política pocas veces iba acompañada de la denuncia de la explotación económica. Esta preocupación casi exclusiva por la superestructura del porfirismo, que encuadra a Regeneración en la tradición liberal, cambiará radicalmente en etapas posteriores del periódico.
La táctica de Regeneración durante esos primeros números, con base en la experiencia de El Demócrata, estaba orientada a adquirir una mínima base social antes de lanzarse abiertamente contra Porfirio Díaz.
Años más tarde, Enrique Flores Magón, quien comenzó a dirigir el periódico, reconoció:
Durante los primeros cuatro meses estuvimos silenciosos como una tumba respecto a Díaz y sus crímenes. Todo este tiempo confiamos nuestros ataques a lo judicial. Para diciembre del mismo año habíamos ganado la atención del país. Fue entonces cuando comenzamos a considerar nuestro objetivo final; la idea de volver nuestras armas contra en dictador.
En efecto, en 1901 Regeneración cambió de lema y carácter. A partir del número 20, publicado el 31 de diciembre de 1900, el periódico apareció con el subtítulo de "Periódico independiente de combate", orientado ya abiertamente a la lucha contra la dictadura en general.
Este segundo periodo de Regeneración se enfocó al combate contra la autocracia porfirista, denunciando a la vez los fundamentos de la dictadura en la explotación económica y la entrega del extranjero.
La constitución del partido Liberal en 1901, en la que jugó destacado papel Ricardo Flores Magón, junto con Camilo Arriaga, Antonio Díaz Soto y Gama y Juan Sarabia, le ofreció a Regeneración la posibilidad de dar su política una base social organizada. Desde el periódico se anunció ampliamente la realización del acto, se difundieron sus resoluciones y manifiestos y se hacía propaganda a la constitución posterior de clubes liberales en todo el país.
Armando Bartra, en su antología titulada Regeneración 1910-1918, la corriente más radical de la revolución mexicana de 1910 a través de su periódico de combate, nos dice que, si bien el marco de la denuncia agonista se amplió considerablemente, al abarcar tantos aspectos superestructurales como los estructurales del porfiriato, la disyuntiva política que difundirá Regeneración, al hacerse portavoz del Partido Liberal, se redujo en todo este período a proponer un cambio político: la sustitución de la administración porfirista por una administración democrática; en esencia, un cambio de prensa y de métodos en el aparato del Estado. Aunque había diferencias en el seno del Partido Liberal – por un lado, las oposiciones puramente peticionarias y propagandísticas sostenidas por Camilo Arriaga, y por otro, la virulencia de Ricardo -, la esencia de la política expresada en el órgano de dicho partido era la misma: el establecimiento de la democracia a través de un cambio en la presidencia de la República, previsiblemente por la vía electoral.
La represión y la cárcel acabaron con este segundo período de Regeneración y originaron un viraje radical definitivo en la política del periódico y del Partido Liberal.
En mayo de 1901, Ricardo y su hermano Jesús fueron detenidos y, en octubre del mismo año, el periódico se suspendió ante la amenaza de que, de aparecer un número más, los hermanos serían asesinados en la cárcel. El 9 de junio de 1903 los tribunales pronunciaron un fallo por el cual se prohibía la circulación de cualquier periódico escrito por Ricardo Flores Magón.
En esas condiciones, en enero de 1904, el núcleo fundamental del Partido Liberal (Ricardo y sus más cercanos seguidores), se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica.
Antes de continuar con la siguiente etapa de Regeneración, necesitamos regresar un poco, hasta el 5 febrero de 1901, cuando en San Luis Potosí se realizó el Primer Congreso Liberal, convocado por Camilo Arriaga y su grupo de jóvenes liberales, estudiosos de los libros anarquistas que el mismo Camilo les proporcionaba.
Hernández Padilla relata que el día de la inauguración, oradores subían y bajaban del estrado del Teatro de la paz. Los discursos no iban más allá de la arenga jacobina. Tocó el turno a Ricardo; decidido a romper con aquel metiotono comecuras, habló un detalle: Una revista minuciosa de atentados porfiristas, ráfagas de "ley fuga", relámpagos de cólera. Perro de presa en el ataque, no sólo el cuello a Don Porfirio durante su peroración, a la que puso remate, como resumen y consecuencia: "Porque la administración de Porfirio Díaz, es una madriguera de bandidos".
En la parte esencial de su discurso, Ricardo había dicho:
…los puestos públicos producen en México más que cualquier industria. Ningún negocio, ni aun el más audaz, deja tantas utilidades como un puesto cualquiera de la administración mexicana. Los funcionarios entran pobres a desempeñar sus funciones de padres del pueblo y a los pocos meses ya son ricos, y a la vuelta de unos cuatro años millonarios… Desde el Presidente de la República hasta el más humilde polizonte, todos hacen negocios. Por eso no es raro que la deuda pública de México para hacerse ricos…, de mil maneras explotan los funcionarios su posición ventajosa y se hacen ricos, metiendo las manos en los fondos públicos, haciéndose pagar favores, despojando brutalmente a los gobernadores.
Luego continuó Ricardo.
Hablaremos como hombres. Yo les pregunto: ¿Cómo vamos a convencer al pueblo de que el Partido Liberal es un partido que se propone reparar las injusticias que se hacen contra él? Sólo hay una contestación posible: señalando directamente, así, con el dedo condenador, al que maneja la administración nacional, esa máquina monstruosa que aplasta bajo sus ruedas sus esperanzas, sus aspiraciones y sus cuerpos.
Tras una breve pausa prosiguió.
El Presidente Porfirio Díaz es la araña que teje la tela del engaño y la injusticia que las arañas menores imitan. Y suben ustedes quiénes son: los Gobernadores de los Estados, los generales, los jefes políticos.
El orador también habló de los sueldos de miseria, de las condiciones infrahumanas que padecían los obreros en las fábricas, de los peones en las haciendas y del "trbajo de contrato", que no era otra cosa que la esclavitud imperante en las plantaciones de tabaco de Valle Nacional. ¿Por dónde comenzar a desentrañar aquella enorme maraña de corrupción? Ricardo propuso: "¡Expulsemos a Porfirio Díaz!, y, mientras tanto, reemplacémoslo con el Presidente de la Suprema Corte, tal y como lo decreta la Constitución". Más tarde, el pueblo tendría al fin la oportunidad de votar libremente por los candidatos que ofrecieran los partidos políticos, incluido naturalmente el Partido Liberal.
Una vez más, Ricardo y Jesús fueron huéspedes de las "bartolinas" de la cárcel de Belén.
CAPÍTULO CUATRO
VÍCTIMA DE LA DICTADURA.
A pesar del discurso antiporfirista de Ricardo, las resoluciones del Primer Congreso Liberal no fueron más allá del anticlericalismo militante.
En marzo de 1901, el Club Liberal "¨Ponciano Arriaga" de San Luis Potosí, como centro directo de todos los clubes de su línea, publicó un "Manifiesto a la Nación" firmado por Camilo Arriaga y Díaz Soto y Gama. Este manifiesto dio un paso más que el Congreso para encuadrar el conflicto dentro de la contienda política. Atacó a la "dictadura dominante", a la "prensa oficial" y al "personalista, antidemocrático y mal llamado partido científico".
El manifiesto pedía la formación de un "partido verdaderamente nacional". Como ya habían sido excomulgados por el obispo de San Luis Potosí, los liberales, deseando hacer algo más provechoso que atacar al clérigo, presentaron un reto directo al régimen de Porfirio Díaz.
Ricardo y Jesús, en apoyo a los firmantes del manifiesto, se reunieron en la capital del país en abril de 1901 para formar la Asociación Liberal Reformista.
En mayo, el dictador Díaz pensó que si arrestaba a Ricardo y Jesús, acabaría con el movimiento de oposición. Los clubes liberales ya habían sido clausurados en toda la nación.
Sin embargo, el 18 de julio de ese mismo año, en Pinos, Zacatecas, Díaz Soto y Gama radicalizó aún más el movimiento liberal con un discurso público que, rezumante de nacionalismo, criticaba severamente a Porfirio Díaz.
Cockcroft nos dice que, sin revelar sus tendencias anarquistas, el joven abogado potosino buscaba extender a las clases medias y bajas el llamado del naciente movimiento de oposición. El tema principal del orador era que México estaba regido por una camarilla dictatorial de criterio estrecho y antipatriótico, que favorecía los intereses de los extranjeros, especialmente a la Iglesia católica, cuyos fanáticos estaban conspirando para apoderarse de toda la nación y destruir hasta el último reducto de las anteriores formas revolucionarias (por ejemplo, la Constitución de 1857).
El ultimo proyectil de su artillería, Soto y Gama lo dirigió al dictador Porfirio Díaz, "caudilla que traiciona a la democracia, que no tiene un átomo de demócrata, ni la más leve tintura de estadística, ni conoce el respeto a la ley, ni tiene a la Magna Constitución del 57 en más aprecio que el acicate que daba hoy en los ijares de su caballo y que hundirá mañana en las entrañas del pueblo".
Cuando los Flores Magón, que estaban en prisión, recibieron noticias del inflamatorio discurso de Díaz Soto y Gama, pidieron a sus amigos que lo publicaran. El 31 de agosto de 1901 Regeneración público el texto completo del discurso. Un mes más tarde el gobierno suprimió el periódico.
El 4 de noviembre El Porvenir y El Renacimiento, de Juan Sarabia, publicaron un manifiesto del club Liberal "Ponciano Arriaga", firmado por Camilo Arriaga y José María Facha, en el que se trató por vez primera el problema agrario y la necesidad de reforma social.
El manifiesto también denunciaba que el régimen de Díaz había obligado a los indios yaquis de Sonora a ir a cosechar tabaco a Valle Nacional, Oaxaca. Intensificaba el ataque contra los extranjeros, las clases privilegiadas y el "despotismo" de Díaz.
Arriaga fue sentenciado a once meses de prisión y mil pesos de multa, y Facha a nueve meses y quinientos pesos de multa.No solo los grupos liberales fueron reprimidos, sino también toda la prensa de oposición al tirano.En 1901 y 1902 ,cerca de 42 periódicos antiporfiristas fueron clausurados.mas de 50 periodistas fueron encarcelados en toda la nación y dos mas fueron asesinados por los esbirros del tirano Díaz.
La represión militar porfirista no se limita a impedir violentamente el segundo congreso liberal de 1902, sino que encarceló a todo el núcleo dirigente liberal.
Ricardo, una vez libre, el 20 de abril de 1902,rento un semanario de oposición de la ciudad de México, el hijo del Ahuizote primer numero dirigido por Ricardo, el 16 de julio de ese año, contenía una serie de artículos contra el presidente Díaz y en contra del general Bernardo reyes.
La respuesta del gobierno fue la confiscación de las personas y del equipo de oficina del periódico, del encarcelamiento del personal, por orden de un juez militar, el 12 de septiembre de 1902.seria hasta el 23 de enero de 1903 cuando los liberanse.El 27 de febrero de 1903,el club liberal "Ponciano Arriaga"publico un manifiesto declarado, en términos violentos,el nuevo movimiento contra la injusticia social y economica,y la necesidad de una reforma radical.El documento atacaba al "Capitalista, al fraile y al alto funcionario, ya sea civil o militar",condenada a la monopolización de la tierra, especialmente por los yanquis y la iglesia ,al igual que las deplorables condiciones del campesino,y lamentaba la muerte de la constitución, de la libertad y del sufragio.
El 11 de abril de 1903, Ricardo Enríquez y otros editaron un manifiesto en que culpaban al gobierno de Díaz de haber producido la "supremacía del capital y ha hecho palpable la decadencia del trabajo, el descontento general y un verdadero malestar en las clases de la sociedad". Finalmente, el manifiesto hacía notar que de seguir Díaz gobernando, la única opción para México sería una guerra civil. El resultado de esa publicación fue la invasión de la policía a las oficinas de El Hijo del Ahuizote, la confiscación de todo el equipo y el encarcelamiento de Ricardo, Enrique y todos los que trabajaban en la publicación. Hasta octubre de 1903 liberaron a los Flores Magón.
Durante ese año de 1903, la tiranía encarceló y empujó al exilio a todos los peridistas de la oposición liberal. Fueron amenazados con la muerte, si continuaban publicando. Un decreto del 9 de junio prohibía la publicación de cualquier escrito de los Flores Magón y sus seguidores.
A fines de 1903, Camilo Arriaga, Díaz Soto y Gama, Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia continuaban unidos en lo esencial. Habían acordado y contribuido a la radicalización del movimiento más allá de su anticlericalismo inicial. Ahora todos aspiraban a propagar a Díaz e introducir reformas sociales y económicas profundas.
Curiosamente – dice Cockcroft -, ninguno de los cuatro se dio cuenta de que tal movimiento revolucionario ya se había iniciado y se había ido desarrollado por su propio impulso, con ellos mismos al mando, desde agosto de 1900.
CAPÍTULO CINCO
EXILIO Y DIVISIÓN.
Obligados a huir de la persecución policíaca porfirista, escribe Hernández Padilla, los periodistas liberales se refugiaron en San Antonio, Texas, y San Luis, Missouri.
Sara Estela Ramírez le escribió a Ricardo para informarle que se separaba del grupo y, asociada a Camilo Arriaga, seguiría la lucha. Díaz Soto y Gama regresó a México. Crescencio Villarreal, inquieto ante la posibilidad de ruptura, pidió a los Flores Magón y a Sarabia que "sean indulgentes" con Arriaga y Madero, quien, a través de Arriaga, había empezado a brindar ayuda económica.
Cockroft relata que durante el exilio de 1904 – 1906 los liberales se comenzaron a dividir por motivos personales, ideológicos y sociales. Las diferencias básicas de extracción social y de convicción política empezaron a separar a los precursores, en el mismo momento en que estaban organizando el Partido Liberal Mexicano, formulado su programa y preparándose para las revueltas de 1906 – 1908.
Al poco tiempo de la llegada de los liberales mexicanos a Estados Unidos, las diferencias entre Arriaga y Flores Magón, que se encontraba en San Luis, Missouri, se agravaron y el grupo de exiliados se dividió. Unos, los moderados, regresaron en compañía de Arriaga a San Antonio, Texas. Allí editaron y publicaron el seminario Humanidad.
El ala radical, compuesta en su mayoría por socialistas y anarquistas, permaneció con Ricardo, quien acusaba a Arriaga de Tránsfuga, y fue a su vez tachado por éste de "ambicioso". En el pleito terció Madero, quien, refiriéndose a los Flores Magón como "los bastardos de San Luis", decía que "sin distinción de ninguna especie insultaban a todo el mundo" y en especial a "liberales tan inmaculados como el ingeniero Camilo Arriaga".
Desde esos días se enfrentaban dos proyectos, dos ideas diferentes, arraigados en opuestos intereses de clases. Desde el principio Arriaga limitó su participación a la lucha legal y jamás fue más allá de su propuesta de reformas políticas. Madero, sin la cultura de Arriaga, pero dueño de un profundo sentido de clase acomodada, retiró la ayuda a los Flores Magón en cuento se dio el rompimiento con Arriaga.
Gracias a su posición reformista y a la separación política de Ricardo, a principios de 1905 Arriaga tuvo éxito en obtener de Madero un préstamo de dos mil dólares para publicar Regeneración, en una línea diferente y contraria a la que se tenía cuando Ricardo lo dirigía.
Por su parte, Ricardo, Rivera, Juan Sarabia y Antonio I. Villareal entablaron frecuentes conversaciones con Emma Goldman, de Chicago, y con el español Florencio Bezora, quienes era amigos de Enrique Malatesta, líder anarquista. El 28 de septiembre de 1905 nació en San Luis, Missouri; la junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Se publicaron y distribuyeron copias de las bases para la unificación del Partido Liberal Mexicano, firmadas por Ricardo y Enrique Flores Magón, Juan y Manuel Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, y Rosalío Bustamante. En ellas se invitaba a trabajar por "la organización del Partido Liberal Mexicano, llamando a los ciudadanos a unirse para crear un partido fuerte que sea capaz de hacer respetar los principios liberales". También planteaban que Regeneración fuera el periódico oficial del Partido Liberal Mexicano; una campaña de adhesión, con garantía de guardar en secreto todos los nombres involucrados, y respaldo financiero a los periódicos de oposición y a los liberales empobrecidos o perseguidos dentro de México. En privado, este mismo grupo decidió ponerse de acuerdo con los hombres de corazón bien puesto, para hacer la revolución.
El 5 de diciembre de 1905, Ricardo le escribía a Crescencio y Francisco Villarreal Márquez:
… en público no excitamos al pueblo a las armas, porque vemos que sería peligroso hacerlo, no para nosotros, sino para nuestros correligionarios, porque al saber el gobierno que encubiertamente hacemos trabajos revolucionarios, sería interceptada la correspondencia que viene para nosotros y nuestros amigos serían asesinados en México…, revolución…, el éxito estará en razón directa del mayor número de centros de rebelión que se logren formar.
Un poco antes, el 8 de octubre, le había escrito a los hermanos Villarreal Márquez que "no había que escatimar esfuerzo alguno para organizar un movimiento liberal que no sea destruido por la tiranía. El único remedio a los males del pueblo, está en la revolución; pero una revolución no se improvisa. Es obra de paciencia y continua propaganda revolucionaria, la revolución del porvenir tiene que ser no solamente política, sino social, porque de lo contrario recaeremos en otra tiranía, tal vez más espantosa que la que ahora nos agobia".
Los gobiernos de Estados Unidos y México, escribe Hernández Padilla, en estrecha colaboración, por medio de sus consulados y agentes policíacos, iniciaron una implacable persecución contra los dirigentes de la Junta del Partido Liberal Mexicano. Muy pronto, la ley de 1903, "destinada a deportar a los anarquistas extranjeros", comenzó a ser aplicada contra los magonistas que radicaban en Estados Unidos.
El 12 de octubre de 1905, los detectives de la Agencia Pinkerton, sin orden judicial ni delegación legal del poder, invadieron las oficinas de Regeneración en San Luis, Missouri, confiscaron prensas, archivos y equipo y detuvieron a Juan Sarabia y los Flores Magón. Los tres fueron acusados de "liberales y difamación" por Manuel Esperón y de la Flor, cacique oaxaqueño a quien Regeneración había atacado, quien fue enviado a San Luis por Porfirio Díaz para levantar esos cargos, inventados, por supuesto. Los tres dirigentes del Partido Liberal Mexicano estuvieron en la cárcel hasta mediados de diciembre de 1905.
Una vez libres, en compañía de los demás miembros de la Junta del Partido Liberal Mexicano, los Flores Magón se abocaron inmediatamente a preparar en todo el país centros de rebelión para que la conflagración fuera general y no sólo en un punto de la República.
Durante los siguiente años, el apoyo de los anarquistas norteamericanos al Partido Liberal Mexicano fue cada vez mayor. Los anarquistas de Estados Unidos y el Partido, dirigido por los magonistas, eran aliados naturales.
Agitadores mineros norteamericanos, de la corriente anarquista, ayudaron a los organizadores obreros del Partido Liberal Mexicano, en el sur de Arizona y en el norte de Sonora, a fomentar la militancia entre los mineros mexicanos. Los resultados de este trabajo conjunto se manifestaría durante la huelga de Cananea y la revuelta de 1906, cuando los magonistas se levantaron en armas, por primera vez, contra la dictadura porfirista.
Fue con la ayuda de un militante agonista del Partido Liberal Mexicano, Lázaro Gutiérrez de Lara, como John Kenneth Turner, periodista y anarquista norteamericano, hizo viajes a México para recopilar material para su libro México Bárbaro.
Cockcroft afirma que de finales de 1905 en adelante, se desarrolló un sistema de persecución contra el Partido Liberal Mexicano; cooperaban en esta empresa la Agencia Pinkerton, la embajada de México en Washington, los consulados mexicanos a lo largo de Estados Unidos, la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, la embajada de estados Unidos en México, los departamentos de Estado, Guerra, Tesoro, Comercio, Trabajo, Justicia e Inmigración de los Estados Unidos, los presidentes de ambas naciones, etc. El gobierno mexicano pagaba los servicios de detectives privados en Estados Unidos. Una considerable correspondencia entre las instituciones gubernamentales y privadas muestra la profusa colaboración que existía en la vigilancia ejercida sobre los magonistas exiliados en Norteamérica.
En febrero de 1906, según Cockcroft, la redacción del programa del Partido Liberal Mexicano se estaba ya realizando. En ella colaboraron varios autores y muchos mexicanos fueron consultados por correo o verbalmente. Líderes sindicales de Cananea desempeñaron un papael importante en la sección laboral del programa.
Juan Sarabia "revisó" el programa completo y, con la asistencia de Arriaga y otros, pudo moderar las inclinaciones anarquistas de los Flores Magón y Librado Rivera.
La sección más larga del programa del Partido Liberal Mexicano era la "Exposición", que pretendía hacer un llamado a todos los mexicanos, especialmente a los obreros y campesinos, pero también a hombres de negocios, industriales y hacendados. Se hacían llamados a cuadros bajos del ejército, a la tropa en general y a los anticlericales. Madero, en 1910, se dirigía a la élite militar.
También se dedicaba un apasionado y extenso párrafo a proponer salarios más altos para todos los mal pagados maestros de primaria, muchos de los cuales desempeñaban un papel importante en la Revolución. En la sección "Capital y Trabajo" se incluía demandas avanzadas para la época.
Un llamado a obreros y campesinos planteaba la tesis marxista de que el trabajador es el productor de todas las riquezas, mientras que el soberano capitalista goza del producto del trabajo.
Por ultimo, son dignos de reproducir aquí los párrafos del apasionado manifiesto con el que concluye el programa, que seguramente fue escrito por Ricardo:
TODO CAMBIARÁ EN EL FUTURO
Los puestos públicos no serán para los aduladores y los intrigantes. No estará allí la dictadura para aconsejar a los capitalistas que roben al trabajador y para proteger con sus fuerzas a los extranjeros que contestan con una lluvia de balas a las pacíficas peticiones de los obreros mexicanos.
MEXICANOS
Entre lo que os ofrece el despotismo y lo que os brinda el programa del Partido Liberal, ¡escoged! Si queréis el grillete, la miseria, la humillación ante e extranjero, la vida gris del paria envilecido, sostened la dictadura que todo eso os proporciona. Si preferís la libertad, el mejoramiento económico, la dignificación de la ciudadanía, la vida activa del hombre dueño de sí mismo, venid al Partido Liberal.
REFORMA, LIBERTAD Y JUSTICIA.
CAPITULO SEIS
EL REVOLUCIONARIO
El 30 de septiembre de 1905 se construyó en San Luis, Missouri, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Una de sus resoluciones fue que "los ciudadanos mexicanos que estén de acuerdo con las ideas de este manifestó y anhelan la libertad de la Patria, construirán en las poblaciones en que residan, agrupaciones secretas que estarán en comunicación con la Junta".
A lo largo y ancho de México se organizaron grupos, simpatizantes y militares del Partido Liberal Mexicano, dirigidos por los magonistas desde los Estados Unidos. A través de una copiosa correspondencia, de la publicación y distribución del órgano informativo y de una colaboración económica, se construyó una res informativa que tuvo cinco frutos de gran trascendencia para la Revolución Mexicana, que estallaría en todo el país en 1910. nos referimos a los armados de 1906 y 1908 y, sobre todo, a la redacción y difusión en todo México del programa del Partido Liberal Mexicano, así como la publicación de Regeneración.
Cockcroft escribe que , de 1906 a 1908, una serie de huelgas masivas tuvieron lugar en Cananea, Sonora, Río Blanco, Veracruz, San Luis Potosí y en varios centros mineros e industriales del norte de México. La principal fuerza política detrás de estas huelgas era el partido Liberal Mexicano.
Las semillas de rebeldía diseminadas por Regeneración desde 1900, pronto comenzaron a germinar en los cerebros proletarios.
Las huelgas laborales no sólo reflejaron un sentimiento nacional, antiextranjero y antipatronal en los obreros, sino también sirvieron para advertir a los consejeros del dictador Díaz del desarrollo de la revuelta desde abajo, desde la clase explotada. Además, las huelgas proporcionaron la fuerza social y el estímulo político para la revuelta del Partido Liberal Mexicano, en 1906-1908.
Que estas huelgas fueron consideradas como una seria amenaza al sistema económico y político del porfiriato, lo indica la rapidez con que las tropas federales de México y los "voluntarios" yanquis se apresuraron a reprimirlas.
Salvador Hernández Padilla, en su libro que citamos líneas atrás, relata, en forma amplia y documentada, la represión militar que utilizó el porfiriato para aplastar sangrientamente, las dos gloriosas epopeyas huelguísticas de Cananea y Río Blanco.
Un mes antes de que se publicara el programa del Partido Liberal Mexicano, es decir, el 1 de junio de 1906, estalló el primer gran disturbio en Cananea, cuando miles de obreros hicieron un paro en la compañía, cuyos propietarios eran estadounidenses.
El disturbio estalló por el aumento de salarios garantizados a los estadounidenses, pero no a los mexicanos. Los obreros mexicanos, que eran mayoría, abandonaron el trabajo para demandar jornadas de ocho horas, salario mínimo y la introducción del sistema de méritos que desplazara la práctica discriminatoria de contratación.
Un incidente a tiros en el patio de la compañía, en el cual perecieron tres mexicanos y dos estadounidenses, provocó dos días de motines. Durante estas primeras cuarenta y ocho horas, los rurales mexicanos, los gendarmes y soldados irrumpieron desde sus guarniciones de la frontera norte y Cananea. Respondiendo al urgente llamado del gerente de la compañía, Mr. Greene, aproximadamente 275 yanquis voluntarios armados llegaron desde Naco, Arizona. La participación de fuerzas militares yanquis, unidas al ejercito mexicano, para ejecutar el genocidio de los proletarios sonorenses, era parte del plan de cooperación que ambas burguesías, la mexicana y la yanqui, había estado realizando desde 1904, cuando los magonistas llegaron a Estados Unidos. La violación de la correspondencia, la vigilancia policíaca y el encarcelamiento de los revolucionarios, eran otros componentes de ese plan conjunto para tratar de aplastar el movimiento liberal contra la tiranía de Díaz.
Cockcroft dice que el embajador de Estados Unidos en México Mr. Thompson, después de hablar con el tirano, le escribió al Secretario de Estado del gobierno yanqui, Mr. Root, diciéndole que el Presidente Porfirio Díaz, quien consideraba los disturbios de Cananea como parte de una revolución del Partido Liberal Mexicano, "recibiría con gusto la ayuda de los soldados federales norteamericanos".
Todavía el 6 de junio, se escuchaban disparos intermitentes en Cananea. Cerca de dos mil soldados mexicanos reprimieron la huelga, y dejaron un saldo de casi cien obreros mexicanos muertos e innumerables heridos. También hubo seis estadounidenses muertos.
El gobernador militar de Sonora, esa misma fecha, amenazó con la leva militar a dos mil mineros huelguistas: enviarlos a pelear contra los indios yanquis, rebeldes en el sur de Sonora, si no regresaban al trabajo. Pocos días después, la huelga terminó.
Cockcroft afirma que no hay duda alguna de que la agitación del PLM desempeñó un papel importante, durante varios meses anteriores al disturbio. La Unión Liberal Humanidad de Cananea, fundada por los dirigentes huelguistas Baca Calderón, Manuel M. Diéguez, Francisco M. Ibarra, para apoyar al PLM, distribuyó propaganda de ese partido y contribuyó a la concientización social y política de los obreros mineros.
Regeneración , del PLM, fue el primer periódico que dio la noticia de la intervención norteamericano con el añadido de:
¡INVASIÓN DEL TERRITORIO NACIONAL!
¡TRAICIÓN!
¡El dictador ha perdido que los pies de las legiones extranjeras pisoteen nuestro suelo y rompan nuestras humanidad!
El embajador Thompson envió al departamento de Estado una serie de mensajes que urgían a la rápida represión del PLM y de Regeneración en los Estados Unidos. Regeneración, añadía el embajador, está haciendo propaganda a favor del "anarquismo", de la revolución. En respuesta, tropas de caballería de los Estados Unidos fueron enviadas a la frontera de Sonora con Arizona y se mantuvieron allí hasta después de la revuelta de 1906.
Una vez reprimida militarmente la huelga de Cananea, los magonistas decidieron levantarse en armas contra la tiranía porfirista.
Tanto en términos ideológicos como de preparación militar, el PLM aportó contribuciones claves en el desarrollo de la revolución de 1910-17.
Aunque no tuvieron éxito en el derrocamiento de la dictadura porfiriana, las revueltas del PLM de 1906 y 1908 ayudaron a socavar su régimen. Los militares armados del PLM obtuvieron valiosas experiencias en el campo de batalla, que habían de ser útiles en la lucha contra la dictadura que estalló a fines de 1910.
Las revueltas de 1906 y 1908 buscaron cumplir el programa del PLM, con especial hincapié en el Código Laboral y en la restitución de las propiedades comunales de los campesinos desposeídos.
Una condición especial de los insurrectos fue que no depondrían sus armas "hasta el triunfo de la revolución". Esta condición también la enarbolarían, más adelante, los zapatistas ante Madero, a quien consideraban traidor a la Revolución.
La revuelta de 1906 fracasó porque el gobierno de Díaz tuvo noticias de los planes de PLM antes de que entrara en acción. El gobierno utilizó un eficiente sistema de espionaje, que incluía los servicios de la detectives de la Agencia Pinkerton, incursiones en el cuartel general del PLM y la intercepción constante del correo del partido, hecha por el cónsul de San Luis, Diebolds, con la colaboración de las autoridades de los servicios postales de los Estados Unidos.
El primer levantamiento fue planeado para el 16 de septiembre de 1906, pero fue pospuesto cuando los dirigentes del PLM se enteraron de que el gobierno de Díaz estaba enterado de la fecha.
Lo que retrasó también la revuelta fue el arresto de Librado Rivera y la destrucción de Regeneración en San Luis, el 15m de septiembre, por las fuerzas combinadas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, los funcionarios de inmigración y los detectives de Pinkerton.
Arizona, Texas y Veracruz fueron los principales centros de dirección para este primer levantamiento.
A nombre del PLM, Ricardo escribió instrucciones de rebeldía para armar a los trabajadores de Cananea, confiscar las armas de Greene, apoderarse de las aduanas en Agua Prieta y Nogales, conferenciar con los líderes yanquis y atraer a los soldados.
El 4 de septiembre de 1906, guardas de Arizona invadieron los hogares de los miembros del PLM en Douglas, Mowry y Patagonia. Los guardias confiscaron el periódico El Demócrata del PLM, descubrieron los escondites de armas y arrestaron a 15 rebeldes.
El 2 de septiembre, Ricardo y Juan Sarabia llegaron a El Paso, Texas, donde coordinaron los planes para el levantamiento con Antonio I. Villarreal, César E. Canales, Prisciliano G. Silva, el profesor Lauro Aguirre y otros miembros del PLM que operaban a lo largo de la frontera.
El 26 de septiembre, Juan José Arredondo y León Ibarra, con otros 30 rebeldes, tomaron la plaza principal de Jiménez, Coahuila, cortaron las principales líneas de teléfono y se apoderaron del tesoro del pueblo. Sin embargo, las tropas federales irrumpieron en la escena y dispersaron a los rebeldes, en el que fue primer derramamiento de sangre del levantamiento armado.
Cockcroft cuenta que el segundo ataque ocurrió en Acayucan, Veracruz, del 30 de septiembre al 3 de octubre de 1906. más de mil hombres se levantaron en armas. El comandante del PLM, Hilario C. Salas, dirigió la primera carga sobre Acayucan, con aproximadamente 300 indios a su mando. Salas fue herido en la pierna y se vio obligado a retirarse con sus tropas. Cerca de esa población se produjeron ataques similares 3⁄4 al grito de "¡Muera Porfirio Díaz!" y "¡Viva el Partido liberal!" 3⁄4 de los miembros del PLM y de indios campesinos contra Chinameca, Minatitlán e Ixhuatlán, pero fueron rechazados por las tropas federales. Los rebeldes que no fueron capturados ni muertos en batalla, ni enviados a San Juan de Ulúa o ejecutados, huyeron a la sierra de Soteapan para reagruparse.
Un tercer levantamiento de PLM ocurrió cerca de Camargo, Tamaulipas, a mediados de octubre, cuando Jesús M. Rengle y otros militantes del PLM lucharon contra las tropas del ejército de Reserva y contra los Rurales. Los rebeldes fueron rechazados y fueron a extenderse a todo lo largo de la frontera de Texas y Tamaulipas.
El objetivo más importante del PLM era Ciudad Juárez, Chihuahua. Cuatro años y medio más tarde, la posesión de esta ciudad por los maderistas precipitó la salida de Porfirio Díaz de México.
El intento fracasó debido a que agentes secretos informaran el gobernador y la traición de un ex miembro del Club Liberal "Ponciano Arriaga", quien logró que arrestaran a tres de los dirigentes: Sarabia, Canales y Vicente de la Torre.
Al mismo tiempo, al otro lado de la frontera, en el Paso, las autoridades de inmigración de los Estados Unidos y los detectives de la Pinkerton arrestaron a Antonio L. Villarreal, Lauro Aguirre, José Cano y a un buen número de rebeldes.
Solamente Ricardo y Modesto Díaz lograron escapar de El Paso. Las autoridades de los estados Unidos asaltaron el cuartel general del PLM y se apoderaron de muchos documentos comprometedores. De este modo, los nombres de los colaboradores del PLM y de los suscriptores de Regeneración de todos los Estados de México, fueron descubiertos y transmitidos a todos los funcionarios y policías del gobierno mexicano y del estadounidense.
Los grupos armados del PLM en todo Chihuahua fueron rápidamente derrotados o dispersados. Una copiosa correspondencia entre el gobernador Creel y el presidente Díaz daba noticias de continuos arrestos en todo México.
El segundo fruto de la cosecha revolucionaria, después de la represión militar mexicana- yanqui de la huelga de Cananea, fue la huelga nacional textil cuyo centro se encontraba en Río Blanco, Veracruz. Regeneración y el programa del PLM fueron sembrados en todo México, pero los dos frutos más valiosos para la revolución brotaron en Cananea y Río Blanco.
Cockcroft nos dice que Manuel Ávila mostró el programa del PLM a los obreros textiles de Veracruz. El agitador liberal José Neira, de Río Blanco, amigo de Camilo Arriaga, mantuvo contacto con el PLM. Neira ayudó a fundar el semanario de los trabajadores textiles de Río Blanco, La Revolución Social.
Cuando los patrones redujeron salarios en noviembre de 1906, los obreros textiles fueron a la huelga (4 de diciembre de 1906). Este movimiento fue apoyado por militantes del PLM.
Abraham Trujillo, obrero consciente, el 7 de diciembre dirigió una manifestación callejera y proclamó la necesidad en México de una tercera revolución, considerando que las anteriores fueron la Independencia y la Reforma.
Al mismo tiempo, los trabajadores poblanos lanzaron un código laboral detallado, que claramente reflejaba la influencia del programa del PLM.
Los patrones respondieron tomando represalias el 22 de diciembre, con el cese de entre 20 mil y 30 mil trabajadores en esa zona de Orizaba.
El dictador Díaz, el 4 de enero de 1907, pronunció un laudo afirmando que no se permitirían más huelgas en México, que todos los obreros textiles de Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Jalisco y el Distrito Federal regresaran a sus trabajos el 7 de enero.
Los obreros obedecieron, menos en Río Blanco, donde se produjo un incidente en la tienda de raya.
Durante un forcejeo, obreros irritados mataron a un empleado; segundos más tarde la tienda estaba en llamas. Las tropas federales corrieron al sitio y dispararon contra un puñado de obreros que ocupaban el palacio municipal. Muchos obreros huyeron a Nogales, Veracruz, donde fueron de nuevo atacados por las tropas.
El cónsul general de los Estados Unidos en la Ciudad de México telegrafió al Departamento de Estado de su país para informar que la situación en Orizaba era grave; había ya 49 muertos; que el Subsecretario de Guerra iba a ese lugar, que una gran fuerza de tropas federales se dirigía hacia el escenario del disturbio y que la prensa de aquí, subsidiada casi en su totalidad, ha recibido instrucciones específicas de no dar noticias acerca de la gravedad de la situación.
Los obreros que habían escapado de la matanza escuchando el triste tañido de muerte en Río Blanco, decidieron regresar para recoger los cuerpos de sus muertos. Fueron atacados en el camino por refuerzos federales, quienes dispararon sobre los trabajadores desarmados que avanzaban. Hubo un número indeterminado de muertos, todos obreros textiles, durante la más sangrienta matanza de la dictadura porfirista.
El de 1908 fue el segundo levantamiento contra la tiranía porfirista burguesa.
Pero, tanto del primer levantamiento de 1906 como de este segundo, el gobierno mexicano se enteró con anterioridad y con la ayuda del gobierno de Estados Unidos, los aplastó sangrientamente.
El segundo brote armado estaba planeado para septiembre de 1907, pero el arresto de Ricardo, Librado Rivera y Antonio J. Villarreal en Los Ángeles, en agosto de 1907, hizo que se pospusiera.
Los miembros del PLM acordaron dedicar sus recursos económicos a la defensa legal de sus líderes ya reunir más armas y más apoyo popular que en 1906, en contra del ejército mexicano, más poderoso, de las patrullas fronterizas estadounidenses y de una vasta red de espionaje.
En virtud del segundo levantamiento, el 23 de junio de 1908, las autoridades de El Paso irrumpieron en la casa de Prisciliano G. Silva y confiscaron más de tres mil cartuchos de municiones.
Entre los documentos sustraídos estaba una extensa carta de Ricardo a su hermano Enrique, fechada 7-9 de junio de 1908, donde se exponen los planes detallados para la rebelión en casi todos los Estados de la República.
Planes adicionales del PLM fueron descubiertos en Casas Gran- des, Chihuahua. Una redada del gobierno en ese lugar, el 18 de julio, propició la captura de 20 rebeldes del PLM y una cantidad de documentos comprometedores. Tan rápida acción del gobierno, repetida en otros Estados de la República, impidió al PLM hacer su levantamiento a nivel nacional.
El primer hecho de armas ocurrió el 24 de junio en Viesca, al sur de Coahuila, cuando los rebeldes lanzaron un ataque armado a los gritos de "iViva la revolución! iViva el Partido Liberal!"
Los rebeldes asaltaron las oficinas del gobierno municipal, la casa del jefe político y la sucursal del banco de Nuevo León. Por un breve periodo tuvieron el control del pueblo, pues en uno o dos días llegaron tropas federales suficientes para recuperar el pueblo.
El 26 de junio, un grupo de rebeldes del PLM, en Las Vacas, Coahuila, atacó la guarnición militar. Después de sufrir considerables bajas, los rebeldes se retiraron. El 30 de junio y el primero de julio, hubo tiroteos en las calles de Palomas, Chihuahua. Cincuenta rebeldes se levantaron en Casas Grandes y, al ser rechazados, se dirigieron a Palomas.
El PLM fue aplastado; los que no fueron muertos anduvieron por el desierto cercano durante días antes de encontrar refugio en los Estados Unidos. Similares derrotas sufrió el PLM en los Hornos, Matamoros, y en Sierra de Jimulco, Coahuila.
En Baja California, un pequeño contingente del PLM atacó Mexicali y luego se movió tierra adentro. En Sonora, los indios yanquis rebeldes, encabezados por Palomares, se limitaron básicamente a combatir en las montañas. Más tarde Palomares fue arrestado.
En el Estado de Veracruz, en donde muchos campesinos se habían levantado en 1906, los planes del PLM fueron desbaratados. Los arres- tos ordenados por el gobierno frustraron una nueva revuelta planeada para Orizaba y otras localidades.
Debido a semejante trastorno, las comunicaciones entre los miembros del PLM se interrumpieron en todo México. Reinó la confusión total entre los revolucionarios.
Mientras tanto, el Procurador General de los Estados Unidos ordenó que los altos dirigentes del movimiento, Ricardo, Rivera y Villarreal, confinados en la cárcel del condado de Los Ángeles, California, desde fines de 1907, fueran incomunicados.
Las tropas estadounidenses fueron reforzadas a lo largo de la frontera de 1908 a 1910. Tales precauciones, junto con más arrestos de dirigentes del PLM, obligaron a los rebeldes a diferir los planes de futuros levantamientos armados y mantener la clandestinidad y la guerra de guerrillas hasta el resurgimiento de unidades de combate en la insurrección armada nacional de 1910, convocada por los maderistas..
CAPÍTULO SIETE
EL ANARQUISTA
Librado Rivera, el más fiel y constante de los camaradas de Ricardo, en el prólogo al libro Ricardo Flores Magón, el apóstol de la Revolución Mexicana, de Diego Abad de Santillán, dice que ya en 1900 Ricardo conocía La conquista del pan y La filosofía anarquista de Pedro Kropotkin; había leído a Bakunin, las obras de Juan Grave, Enrique Malatesta y Máximo Gorki, a quienes respetaba como sus maestros y por los cuales sentía especial predilección.
Rivera, en ese mismo prólogo, reconoce que no hay partido político que lance vivas muy altas a la anarquía y haga especial propaganda de la belleza de ese ideal, como lo hizo Regeneración.
Desde temprana edad las ideas anarquistas habían tenido cariñosa aceptación en la mente de Ricardo. Debido a su iniciativa, en 1902 se publicó en Vesper parte de La conquista del pan, de Pedro Kropotkin.
En 1906, Ricardo asistió a las conferencias de Emma Goldman en San Luis Missouri. En esa misma ciudad, Ricardo conservó estrecha amistad con un grupo anarquista ruso y, en especial, con Florencio Bazora, un anarquista español que tuvo para con Ricardo un cariño de hermano.
Bazora contribuyó mucho a fomentar la campaña de propaganda revolucionaria, ayudando con su dinero, vendiendo Regeneración y colectando fondos para la vida del periódico.
Florencio comprendía cuáles eran los fines de Ricardo: trabajar en el seno del Partido Liberal para difundir, en el pueblo mexicano, los hermosos ideales anarquistas.
Librado dijo que Ricardo odiaba, desde joven, toda tiranía y todo gobierno. Cuando los miembros armados del PLM solicitaban que la junta los nombrara jefes, Ricardo era el primero en rechazar tal sugerencia, pues contestaba en todas esas ocasiones que los mismos grupos tenían que nombrar sus jefes de entre ellos mismos, o quitarlos cuando así lo juzgaran conveniente. "La junta no iba a convertirse en gobierno central; nombrando jefes que, a la postre, se conviertan en tiranos de sus mismos hermanos", decía Ricardo.
Líneas atrás, hemos visto que, según Cockcroft, fue Camilo Arriaga quien le dio a leer a Ricardo obras de Proudhon, Marx, Engels, Bakunin, etc.
Santiago R. de la Vega reconoció que fue Camilo quien puso en las manos de Ricardo y demás jóvenes, libros de Marx, Kropotkin y toda la biblioteca anarquista de la Librería Stoock.
Las obras de los anarquistas europeos también se podían adquirir en San Luis Potosí y otras ciudades de México, gracias al esfuerzo de edición y distribución de la casa española Editorial Maucci.
Al final del siglo XIX, Maucci, rico idealista con tendencias anarquistas, instaló una imprenta en México. El interés de Maucci en el anarquismo fue la principal causa de su amistad con Ricardo, amistad iniciada en 1900-1901, cuando, como presidente del Comité Liberal de Estudiantes de San Luis Potosí, invitó a Ricardo a asistir al Primer Congreso Liberal de febrero de 1901.
Antonio Díaz Soto y Gama veía este primer Congreso como una excelente fachada, detrás de la cual él y otros jóvenes radicales podían desarrollar sus ideas anarquistas y socialistas. .
Cockcroft afirma que, en el Primer Congreso Liberal, fue natural para Librado Rivera hacerse amigo de Ricardo y de Soto y Gama, con quienes había tenido correspondencia o conversaciones previas. Los tres hombres eran entusiastas de las ideas anarquistas e hicieron buen uso de la colección bibliográfica de Arriaga.
A mediados de marzo de 1903, en el interior de la cárcel de Belén, Ricardo, su hermano Enrique, Juan Sarabia, Librado Rivera, Cravioto, De la Vega, De la Hoz, Rosalío Bustamante y Martínez Valadés, se pusieron de acuerdo en ocultar su anarquismo revolucionario, derivado de Bakunin. Decidieron que las palabras "socialismo" y "anarquismo", motivo de espanto para el medio general dominante, no debía ser utiliza das en el Programa del Partido Liberal Mexicano, el cual, al principio, sería de carácter amplio y no demasiado amenazante en las cuestiones agrarias y obreras, para mantener el interés de los liberales.
También planearon que, después de salir de la prisión, irían a los Estados Unidos a continuar la publicación de Regeneración, y constituirían un programa de demandas económicas y sociales para los obreros y campesinos. Después organizarían a los militantes del PLM en células revolucionarias armadas. De fracasar en el primer levantamiento, acordaron "insistir una y mil veces hasta que el movimiento se generalizase".
Finalmente, decidieron que su grupo propagaría, cada vez en forma más abierta, la implantación del "socialismo libertario", ahorrándose "el período de transición de los socialistas estatales". Esto constituyó una importante concesión al anarquismo de Ricardo, quien estaba perfilándose como un prominente dirigente del movimiento.
Fue en marzo de 1904 cuando, debido al anarquismo de Ricardo, Arriaga planteó sus diferencias acerca de la dirección del movimiento.
Aunque profundas diferencias ideológicas y sociales subyacían en la división de Flores Magón-Arriaga, ninguno de los liberales deseaba que ese problema se hiciera notar, y menos en un período tan temprano de la lucha contra la tiranía.
A principios de 1905, Arriaga consiguió que Madero prestase dos mil dólares para la publicación de Regeneración.
A pesar del interés de Madero por trabajar con Ricardo, profundas diferencias ideológicas los separaban, como veremos más adelante.
Cuando Ricardo hizo público su anarquismo, no sólo se separó de Arriaga sino que logró la definición política del hacendado burgués Madero. En octubre de 1905, en El Colmillo del Pueblo, Ricardo calificó a Arriaga de virtual traidor. Sin embargo, el anarquismo de Ricardo fue moderado por Juan Sarabia, asistido por Arriaga, durante la redacción final del programa del PLM.
Cockcroft afirma que tanto Práxedis Guerrero como Ricardo y la mayoría de los dirigentes del PLM se adhirieron más abiertamente al anarquismo durante el periodo de 1906-1909.
El primero de junio de 1907, el PLM empezó a publicar Revolución, sucesor de Regeneración, en Los Ángeles, Califonia. Al exhortar a la ocupación de tierras, el antiparlamentarismo, el levantamiento armado revolucionario por el programa del PLM y una guerra de los pobres contra los ricos, "los artículos de Ricardo se volvía cada vez más explícitos, cada vez más anarquistas". A principios de ese mismo año, ya aparecían regularmente selecciones de las obras de Kropotkin en la página posterior de Revolución.
Cockcroft asegura que la víspera del segundo levantamiento arma- do ( 1908), una mayoría de la Junta Organizadora del PLM, encabezada por Ricardo, Enrique, Rivera y Guerrero, acordó, secretamente, inclinar el movimiento al anarquismo.
El 13 de junio de 1908, Ricardo escribió una carta a su hermano Enrique y a Práxedis Guerrero, donde les informaba que Librado Rivera está de acuerdo con el contenido de ella:
Como anarquistas sabemos bien todo esto. Sabemos bien lo que hay que esperar del mejor gobierno que pueda pasar sobre cualquier pueblo y como anarquistas, debemos poner todo lo que esté a nuestro alcance para que la revolución, que está en vísperas de estallar; dé al pueblo todos los beneficios que sean posible conquistar:..
Todo se reduce a mera cuestión de táctica. Si desde un principio nos hubiéramos llamado anarquistas, nadie, a no ser unos cuantos, nos habían escuchado. Sin llamarnos anarquistas, hemos ido prendiendo en los cerebros, ideas de odio contra la clase poseedora y contra la casta gubernamental. Ningún partido liberal en el mundo tiene las tendencias anticapitalistas del que está próximo a revolucionar en México, yeso se ha conseguido sin decir que somos anarquistas, y no lo habríamos logrado aunque nos hubiéramos titulado no ya anarquistas. Todo es, pues, cuestión de táctica.
Debemos dar las tierras al pueblo en el curso de la Revolución,. de ese modo no se engañará después a los pobres. No hay un solo gobierno que pueda beneficiar al pueblo contra los intereses de la burguesía. Esto lo saben bien ustedes como anarquistas... debemos dar posesión al pueblo de las fábricas, las minas, etc... Para no echamos encima a la nación entera, debemos seguir la misma táctica que hemos ensayado con tanto éxito,. nos seguimos llamando liberales en el curso de la Revolución, pero en realidad iremos propagando la anarquía y, ejecutando actos anárquicos, iremos despojando a los burgueses y restituyendo al pueblo...
Creo que es necesario que vengan muchos anarquistas para que aleccionen al pueblo. Además, es bueno hacer reimprimir folletos y libros anarquistas para que sean repartidos por millones...
Sé que de escoger dos caminos para las expropiaciones, la junta puede decretarlas, o bien los obreros pueden consumarlas, y este caso me parece el mejor; porque disfraza muy bien el carácter anarquista de la Junta. No tenemos mas que aprobar hechos consumados. Para seguir esta última táctica hay necesidad de hacer una gran agitación entre los obreros, repartirles folletos, libros, meter entre ellos agitadores anarquistas..., la cuestión es traerse, una vez comenzada y formalizada la revolución, un gran número de compañeros de Europa, a fomentar en México la publicación de muchos periódicos anarquistas..., sólo los anarquistas van a saber que somos anarquistas, y les aconsejaremos que no nos llamen anarquistas, para no atemorizar a tanto imbécil que en el fondo de la conciencia abriga ideales como los nuestros, pero sin saber que son ideales anarquistas, pues están acostumbrados a oír hablar de los anarquistas en términos desfavorables.
El siguiente documento anarquista sería el Manifiesto del 23 de septiembre de 1911, pero antes de analizarlo relataremos, brevemente, los hechos ocurridos entre magonistas y maderistas.
Capítulo Ocho Magonistas y maderistas
El cisma Flores Magón-Camilo Arriaga de 1904-1905, presagió las diferencias políticas de los magonistas y maderistas durante 1906- 1910.
La división en el seno de los liberales se debió a la radicalización hacia la izquierda de la ideología y de los planteamientos políticos, así como el llamamiento a la insurrección armada, por parte de los magonistas, encabezados por Ricardo.
Esta radicalización tuvo sus frutos en la fundación del Partido Liberal Mexicano (1905), con la influencia de las huelgas de Cananea y Río Blanco y con los levantamientos armados de 1906, 1908 y 1910.
La tendencia reformista de Camilo Arriaga, en 1906, fue ocupada y encarnada por el movimiento maderista.
Mientras los nuevos reformistas planteaban demandas puramente políticas, con medios pacíficos y legales, cuyo fin era sustituir la tiranía porfirista por un nuevo sistema político "democrático" --es decir, perpetuar el capitalismo en nuestro país, los magonistas, desde 1905, comenzaron a organizarse militarmente para derrocar, con las armas, el sistema capitalista e instaurar una sociedad sin propiedad privada, sin ricos ni pobres y sin gobierno. Una sociedad en que la tierra, las fábricas y todas las riquezas estuviesen en manos de sus propios creadores: los trabajadores del campo y la ciudad.
Cuando los magonistas estaban listos para levantarse en armas en 1906, Madero rehusó proporcionar armas a los miembros del PLM, alegando que "el general Porfirio Díaz no es un tirano: es algo rígido pero no un tirano, y aún cuando fuera un tirano, yo nunca prestaré ninguna ayuda para hacer una revolución, pues tengo horror por el derramamiento de sangre".
Madero creía que los problemas de México eran fundamentalmente políticos y no económicos. Durante su campaña presidencial de 1910, se opuso a las Leyes de Reforma, afirmando que violaban la libertad política y que los intereses religiosos no eran una amenaza para México.
A los trabajadores de Orizaba y San Luis les dijo que no les estaba ofreciendo aumentar los salarios ni disminuir las horas de trabajo, "sino libertad, porque la libertad os servirá para conquistar el pan..., el pueblo no pide pan, pide libertad".
En tanto, los magonistas sufrieron 10 años persecuciones, cárceles, destierro y muertes, los maderistas, con su lucha legal y pacífica, solo dos años ( 1909-1910) experimentaron la represión porfiriana.
En agosto de 1910, Ricardo, Librado Rivera y Antonio