Nació
en San Miguel el Grande, hoy de Allende, Gto.,
y murió en la ciudad de México
(1818-1879). |
Ignacio
Ramírez. Estudió artes en el Colegio
de San Gregorio. En 1841 ingresó al Colegio
de Abogados y en 1845 obtuvo el grado de licenciado
por la Universidad Pontificia Nacional. Tenía
amplios conocimientos de ciencias naturales, filología
y teología escolástica. Ingresó
a los 19 años en la Academia de Letrán
y en su discurso de ingreso escandalizó
con su aseveración: “Dios no existe,
las cosas de la naturaleza se sostienen por sí
mismas”. Se inició en el periodismo
en 1845, al fundar con Guillermo Prieto y Vicente
Segura la publicación de Don Simplicio,
donde empleó el seudónimo de El
Nigromante. En 1846 fundó el Club Popular,
donde divulgó sus ideas de reforma política,
económica y religiosa, por lo que estuvo
en la cárcel. En agosto de 1846, Francisco
Modesto de Olaguíbel, gobernador del estado
de México, nombró a Ramírez
secretario de Guerra y Hacienda de la entidad,
donde promovió la autonomía municipal,
reorganizó el Instituto Literario de Toluca,
del que fue profesor, y estableció un sistema
de becas para estudiantes pobres. Combatió
en Padierna contra los invasores estadounidenses.
Entre fines de 1848 y y principios de de 1849
fue jefe político de Tlaxcala. Regresó
a Toluca, donde vivió hasta 1851 dedicado
a la docencia y al ejercicio de su profesión.
Fundó el periódico Themis y Deucalion,
en el que publicó su artículos “A
los indios”, donde defendía el derecho
de las etnias a rebelarse contra la explotación
y la opresión a la que estaban sujetas,
por lo que fue sometido a juicio y resultó
absuelto, después de defenderse en varios
artículos aparecidos en El Demócrata.
Para entonces era uno de los líderes de
los puros o rojos del bando liberal. En 1852,
promovida su candidatura por Plácido Vega,
gobernador de Sinaloa, fue diputado por esa entidad
y defendió el el librecambismo en el Congreso
de la Unión. A su regreso a Sinaloa fue
secretario de Vega, a quien acompañó
a Alamos, Sonora, cuando éste fue derrocado.
Ramírez pasó a Baja California y
ahí se dedicó a la investigación
científica. En 1853 volvió a la
capital y fue profesor del Colegio Políglota.
Por sus críticas a Santa Anna pasó
once meses en prisión, la mayor parte del
tiempo encadenado. Al triunfo de la revolución
de Ayutla fue liberado y fungió como secretario
personal de Ignacio Comonfort. Regresó
a Sinaloa como juez de lo civil, pero volvió
a la capital del país como diputado por
el estado de México al Congreso Constituyente
de 1856-1857, donde fue el más notable
orador y una de las grandes figuras del ala izquierda.
En 1857 fundó con Alfredo Bablot El Clamor
Progresista, que apoyó la candidatura presidencial
de Miguel Lerdo de Tejada. Elegido diputado a
la primera Legislatura, después de un breve
periodo de sesiones pasó a residir en Puebla,
donde ejerció la docencia. A fines de diciembre,
al producirse el golpe de Estado de los conservadores,
Ramírez fue nuevamente a prisión,
de donde escapó días después,
para ser aprehendido por las fuerzas de Tomás
Mejía, que estuvieron a punto de fusilarlo.
Permaneció preso hacia diciembre de 1858,
cuando fue puesto en libertad. Marchó a
Veracruz y se unió a las fuerzas liberales.
Participó en la elaboración de las
Leyes de Reforma, si bien se opuso a la Ley Lerdo,
en tanto que afectaba a las comunidades indígenas.
Sirvió al gobierno legítimo en Tamaulipas
y San Luis Potosí. En la capital de esta
entidad colaboró en el periódico
La Sombra de Robespierre. Al ser derrotados los
conservadores, el presidente Benito Juárez
lo nombró secretario de Justicia e Instrucción
Pública, cargo que desempeñó
del 21 de enero al 9 de mayo de 1861. Durante
su gestión suprimió la Universidad
y el Colegio de Abogados, baluartes de la derecha;
convirtió en biblioteca la Catedral de
Puebla y en sus torres instaló observatorios
meteorológicos; creó la Biblioteca
Nacional y dispuso abrir una galería con
el acervo gubernamental de obras de arte; unificó
la educación primaria en el Distrito y
territorios federales, intentó especializar
la enseñanza secundaria, proyectó
la fundación de centros de formación
técnica, trató de establecer un
instituto para sordomudos y pugnó por actualizar
la instrucción superior. Del 18 de marzo
a 3 de abril de 1861 ocupó también
la cartera de Fomento, desde la cual anuló
las concesiones de tierras a extranjeros en Baja
California y el istmo de Tehuantepec. Cuando dejó
el gabinete, El Siglo XIX dijo que salía
“sin haberse adjudicado un palmo de terreno
y teniendo que recurrir a la amistad para poder
pagar la colegiatura de sus queridos hijos”.
En Puebla trabajó en la desamortización
de bienes del clero y en septiembre de 1861 fue
elegido presidente del ayuntamiento de la ciudad
de México. Poco después fue nuevamente
diputado. En 1862 colaboró en La Chinaca,
defendió en los tribunales a periodistas
afectados por las restricciones a la libre expresión
y pidió con otros 53 la renuncia de Juárez,
a quien exigían mayor iniciativa política.
Se enroló en el batallón Hidalgo,
formado por voluntarios para la defensa de la
capital. En mayo de 1863, cuando las tropas francesas
ocuparon Puebla, marchó a Toluca, Mazatlán,
Estados Unidos, de nuevo a Mazatlán, donde
tomó parte en la batalla contra los marinos
del buque francés La Cordillera, y finalmente
a Sonora, donde fundó el periódico
La Insurrección, que llamaba a formar guerrillas
para resistir a los invasores. En el periodo 1863-65
mantuvo correspondencia con Guillermo Prieto,
la que posteriormente se publicaría como
Cartas a Fidel. Hacia noviembre de 1864, en Sinaloa,
defendió presos políticos y escribió
para La Opinión y la Estrella de Occidente
hasta que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó
a México antes de la caída de Maximiliano
y fue encarcelado en San Juan de Ulúa,
primero, y en Yucatán, después.
Liberado poco antes del triunfo de la República,
en septiembre de 1867 fundó con Altamirano,
Prieto y otros liberales El Correo de México,
órgano financiado por Porfirio Díaz
desde el cual criticó la reelección
de Juárez. El Congreso lo nombró
magistrado de la Suprema Corte de Justicia, cargo
que ejerció durante 12 años. Desde
las páginas de El Clamor Progresista apoyó
a Lerdo de Tejada y luego se opuso a su reelección,
por lo que fue encarcelado. Liberado al triunfo
de la revolución de Tuxtepec, fue secretario
de Justicia de Porfirio Díaz en dos ocasiones
(28 de noviembre a 6 de diciembre de 1876 y 17
de febrero al 23 de mayo de 1877). Colaboró
en El Renacimiento, El Siglo XIX y El Monitor
Republicano. Coautor de Apuntes para la historia
de la guerra entre México y los Estados
Unidos (1848). Lecturas de historia política
de México (1871), La lluvia de azogue (1873),
Observaciones de meteorología marina y
Lecciones de literatura (1884). Sus Obras fueron
editadas en dos tomos en 1889 y en 1984 se inició
la publicación de sus Obras completas.
Musacchio, Humberto. Gran Diccionario Enciclopédico
de México Visual. Tomo IV, pp. 1671-1672.
México, 1989.
|