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HUMANISTAS MEXICANOS
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LA RONDA DE LAS GENERACIONES



IGNACIO AGUILAR Y MAROCHO
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua
Miembro de la primera generación rectora
La pléyade de la Reforma
Generación 1810

 

Nació en Morelia, Mich., el 15 de septiembre de 1813; falleció en México, D.F., el 28 de marzo de 1884. Ingresó en la Academia el 10 de agosto de 1880 como numerario; silla que ocupó: I (3º).


Sería falsear al personaje si, desentendiéndonos de las circunstancias que lo hicieron hablar y escribir, sólo se alabara la reciedumbre de su lógica contundente, la ironía de su vena festiva, la mordacidad de su sátira y las sesudas reflexiones que le inspiraron los acontecimientos. Hay que tener presentes, por el mismo consiguiente, esas circunstancias. Se trata de don Ignacio Aguilar y Marocho, adalid de los conservadores en los tiempos del siglo XIX que culminaron en México con la Reforma y la Intervención francesa. Y lo mismo podría decirse de los pregoneros y de los abanderados de los liberales.
Vicente Guerrero, declarado hace poco oficialmente el verdadero, único y cabal libertador de México, consintió, siendo presidente de estos Estados Unidos Mexicanos, la entrada a Texas de colonos con sus pertenencias, entre éstas sus esclavos. Se avenía a dejar la presidencia si Poinsett, el primer representante de los Estados Unidos en nuestro país, aceptaba la "corona imperial" que el presidente Guerrero le ofrecía. Los liberales puros, posesionados los norteamericanos de la Unión de la capital, habiendo desbaratado al ejército mexicano, pedían la anexión total del país en un banquete con que agasajaron a los vencedores, cosa que se conoce en la historia con el nombre de "El Brindis del Desierto de los Leones". Melchor Ocampo, ministro de Relaciones del señor Benemérito, les pedía a los Estados Unidos agregar una estrella a su bandera, la cual estrella representaría a México. Viene después el tratado de MacLane-Ocampo, y, más tarde, la propuesta en venta de la Baja California y, finalmente, la petición de un protectorado.
Los conservadores, por su parte, expresamente, con precisión de palabras y claridad de ideas, asentaban (Aguilar y Marocho fue uno de sus más brillantes exponentes, en gracia a sus dones de ejecución y de mando) que México era incapaz de gobernarse a sí mismo, razón por la cual postulaban la monarquía y le pedían a Napoleón III escoger la persona que habría de ocupar el trono del Imperio mexicano.
Lucha de ideas, de instituciones, de influjos extranjeros, cosas todas éstas que se resolvieron en una cruel guerra civil, la cual, dicho sea de paso, no deja de prolongarse en manifestaciones de patente aversión y de una tenaz enemistad. Un soneto de El Nigromante, bien pergeñado, al decir del mismo Aguilar y Marocho, quien, en asuntos literarios, nunca dejó de ser justiciero, nos da a entender, muy a la clara, el estado de ánimo de los contendientes, esto es, los conservadores y los liberales:
    Guerra sin tregua ni descanso: guerra
   a nuestros enemigos hasta el día
   en que su raza detestable, impía,
   no halle ni tumba en la indignada tierra.
      Lanza sobre ellos, nebulosa Sierra,
   tus fieras y torrentes. Tu armonía
   niégales, ave de la selva umbría,
   y de sus ojos, Sol, tu luz destierra.
      Y si impasible y ciega la natura
   sobre todos extiende un mismo velo
   y a todos nos prodiga su hermosura,
      Anden la flor y el fruto por el suelo,
   no les dejemos ni una fuente pura,
   corrompamos la tierra, el aire, el cielo.
Don Victoriano Agüeros, como fundador y director de un diario, El Tiempo, como editor de los que podríamos llamar los clásicos mexicanos y como escritor y, en este carácter, como crítico literario, es un hombre de muchos méritos y habrá que recurrir a su periódico, a sus ediciones y a sus escritos si queremos conocer el movimiento intelectual mexicano de los fines del siglo XIX y de los principios del XX, concretamente de la época porfiriana. Hizo una puntual, bien hecha por el consiguiente, semblanza de Aguilar y Marocho, para el Diccionario geográfico, histórico y biográfico de los Estados Unidos Mexicanos, de don Antonio García Cubas, publicado en 1888 por la Antigua Imprenta Murguía. Y dice: "El eminente hombre de Estado, el sabio y castizo escritor, el patricio esclarecido, cuya vida ha estado siempre dedicada al servicio de la nación mexicana, el señor Aguilar y Marocho, objeto de este artículo, ha sido una de las víctimas más ilustres de nuestras revoluciones civiles; y por eso hoy con gusto escribo su nombre en este libro, deseoso de que alguna vez el verdadero mérito salga de su retiro, y de que se le haga por sus compatriotas la debida justicia." Y más adelante: "Comienza aquí [al ser diputado federal en 1846] la vida pública del señor Aguilar y Marocho, la cual, como veremos luego, es importantísima, y la que acaso ha contribuido más que nada a derramar sobre su nombre una gran celebridad, no menos que a eclipsar en cierto modo, y hacer olvidar, sus dotes de escritor correcto y distinguido. En él, el político ha dominado al literato."
Periodista Aguilar y Marocho, alternó con las lumbreras y los hombres señalados de su época, con Alamán, con don Anselmo de la Portilla, a quien sustituyó en la Academia, con Díez de Bonilla, Rafael Rafael y José María Roa Bárcena. Jurista, lo fue con maestría en la cátedra en el Seminario de Morelia, y con concertada atingencia en los tribunales. Orador político supo elevar las discusiones con beneplácito de sus oyentes, fuesen éstos sus contrarios, así era de congruente la concatenación de sus argumentos.
Sus contemporáneos, fuesen o no de su bandería o parcialidad, reconocieron, unánimemente, y algunos aunque les doliera, su penetrante agudeza, su tino picante, su ingeniosa y sutil ironía. “En su Batalla del Jueves Santo y en algunos otros poemas burlescos que he tenido la fortuna de leer -dice Don Victoriano Agüeros- y que aún permanecen inéditos, hay rasgos felicísimos, dignos de Quevedo.”
Fuente:
Jesús Guisa y Azevedo
Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp.

 

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Agradecemos el apoyo para la realización de este proyecto de:


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS. UNAM

 


GOBIERNO DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE MORELOS





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